1 de noviembre de 2010

Réquiem de Ajmátova

EN VEZ DE PRÓLOGO

Diecisiete meses pasé haciendo cola a las puertas de la cárcel, en Leningrado, en los terribles años del terror de Yezhov. Un día alguien me reconoció. Detrás de mí, una mujer –los labios morados de frío- que nunca había oído mi nombre, salió del acorchamiento en que todos estábamos y me preguntó al oído (allí se hablaba sólo en susurros):

-¿Y usted puede dar cuenta de esto?

Yo le dije:

-Puedo.

Y entonces algo como una sonrisa asomó a lo que había sido su rostro.

Leningrado, 1 de Abril de 1957

En: Ajmátova/Tsvetáieva, El canto y la ceniza. Antología poética, DeBolsillo, 2008, p. 41)

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