21 de noviembre de 2010

Al hilo de un comentario

No despreciaría yo el interés político, aparte de las clases altas y las clases bobas. Sé que a la primera no pertenezco, y espero que no del todo a la segunda. Sin embargo, de los manejos políticos no escapa nadie (si se pretende vivir conforme a leyes, lo que conviene incluso si es para denunciar su radical invalidez o falacia). Y una mala política puede arruinar no solamente la vida pública sino también la privacidad más arrinconada. La buena política es la que, evidentemente, no se haría notar.

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