Me ha pasado muchas veces que cuando más hermanado estaba con el homúnculo soterraño de D., exactamente cuando estaba hundido, la cabeza caída, a miles de metros por debajo de mí, en un abismo que no veía manera de salvar, en ese instante mismo me ocurría pensar que acabaría contándolo. Hablo de lo que me pasó ayer mismo, como quien dice.
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