Sigue siendo verdad para mí, y habrá de perdonárseme la cristiana palabra "verdad", que es en aquellos días en los que mi lentitud de pensamiento parece mayor, justamente esos días y no ningunos otros, cuando, por algún mecanismo de compensación o reequilibrio que no comprendo, más fluidamente puedo escribir cosas que en otras ocasiones no me salen. Ni mejores ni peores. Naturales, como quien ha puesto en marcha su conversación a ver lo que sale. Plaisir d´écrire.
Pero dura poco. Basta con que te interrumpan, aunque haya sido inocentemente como ahora...
Pero esos momentos vendrán.
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