Sol de primavera. Sabor acre. Vacío.
Se combate con trivialidades, café, un paseo circular.
Se postergan las conversaciones.
Unas páginas del Lalcona sobre el idealismo político (y el platonismo) de Ortega (Cuadernos para el Diálogo, 1974; ayer mismo). ¿No se contradice Lalcona? ¿O es que no llego yo?
Rascando en Google para ver quién es Javier Fernández Lalcona, aparte de lo que figura en el libro sobre Ortega, sin conseguir otro dato que una publicación muy técnica sobre cuantificación en economía, me encuentro con este soberbio trabajo ("El raciovitalismo como ideología"), parte de la tesis doctoral de R. Morchón. Guau! Qué atrevimiento: las tesis filosóficas del praeceptor Hispaniae como máscara de la realidad. Lo dejaré, si me quedan fuerzas, para después del capítulo de Cerezo sobre cultura y vida en Ortega. La filosofía en el bachillerato es un trabajo apasionante, además de la pingüe remuneración.
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