2 de enero de 2007

Propósito de enmienda, IV, Revisiones

La posibilidad de ganar, la conciencia de la conciencia; un resultado de pérdida que también satisface.

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No deberíamos albergar dudas a la hora de firmar, de aportar un signo más (signer). Alguien habrá que nos reconociera, ahí. Para ello me debería sentir completo... conocer, repetidamente, la alegría que a veces surge: los huecos de imágenes, de voces, se pueblan de gentes impensables, de amistades; la carencia se llena. Es bueno registrar eso, el cambio de la vida por la vida, aunque me incline naturalmente por las voces acalladas, sin eco actual... Son tan numerosas! Tan poderosa su llamada, el lamento que ponen en sus ruegos, que un hombre bien criado no sabría decirles que no.

La lengua... "no es otra cosa que relaciones humanas en voz alta" (N. Elias, El proceso de la civilización, Madrid, 1993, FCE, p. 160)

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(Autoridades)

" ...los signos del narrador son inmanentes al relato y, por lo tanto, perfectamente accesibles a un análisis semiológico; pero para decidir que el autor mismo (ya se exponga, se oculte o se borre) dispone de "signos" que diseminaría en su obra es necesario suponer entre la "persona" y su lenguaje una relación signalética que haría del autor un sujeto pleno y del relato la expresión instrumental de esa plenitud: a lo cual no puede resolverse el análisis estructural: quien habla (en el relato) no es quien escribe (en la vida) y quien escribe no es quien existe"

(R. Barthes, "Introducción al análisis estructural de los relatos", en R. Barthes et al., Análisis estructural del relato, Bs. As., Tiempo contemporáneo, 1974, pp. 33-34; cursiva del autor).

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¿Signos?

Los objetos son fascinantes, partes enteras de la vida se ligan a su adquisición, posesión y mantenimiento. Nunca se vive tanto como cuando se aman los objetos: la más mínima tenencia puede parecer un lujo, y la satisfacción infinita. Si el deseo se centra en ellos, no es bueno dejarlos, sin sustituirlos por nada, el desprendimiento puro... sin objeto. Luego, la desaparición de alguien los deja huérfanos. Lo manifiestan en el pesar que les queda por encima, antes del polvo y el olvido. Cuando se echa de menos a alguien debes saber que todo se pierde, también esto.

Signos de una identidad, de lo completo: alegre y activo, la sonriente perfección.

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En ciertas películas de Eric Rohmer he querido ver los fallos, la ausencia ya aquí en las relaciones. Por lo tanto, la disposición para el silencio, como un tratado sociológico en negativo: lo manifiesto no es como debería de ser, ha perdido una forma sin encontrar la nueva...

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