Encuentro algo, lo encuentro de nuevo, algo muy extraño en la cinta de Alfred Hitchcock: como si los acontecimientos estuvieran puestos antes de las causas, y no me refiero a las explicaciones o las razones (posteriores que deben ser a los sucesos mostrados en la narrativa comme il faut). Algo como de la consistencia del sueño, no sé decirlo mejor...
El aristotelismo y la lógica nos prohíben esta forma de mundo.
2 comentarios:
Quiero verla otra vez, después de leer esto (la manía cutre, tan nuestra, de reinventar la película cambiando el título).
Muchas gracias, por el comentario anterior. La película vale la pena verla, yo no sé cuántas veces la he visto ya. Mi post es mñás que nada una impresión que no sé explicar mejor... me parece como contar un cuento infantil en el contexto de la guerra fría, y que ese contexto legitimara dsiponer ,los elementos de la narración según el puro capricho. me callo. O quizás vea de nuevo la película. A propósito del título español: no es que vaya la muerte detrás de los talones, sino que parece que la va buscando él (Thorndike/Kaplan), como en el hermoso apólogo del que quiere huir de la muerte sólo para encontrarla...
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