La ciudad no es para mí. La ciudad aplana si no tienes el cuerpo hecho al ritmo cuantitativo.
Lo malo de los autores que estudian el ocultismo (por ejemplo en los nazis): que sean ocultistas también. El mismo problema que con teólogo (con su credibilidad): que sea un creyente. O un abogado defensor de la justicia: un oxímoron, diría aquél.
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