Nunca amanece igual en el mundo de los robots. El dolor de ayer, la tornillería y engranajes que chirriaban por dentro, su desesperanza mecánica atesorada en jornadas idénticas, puede convertirse, cualquier día, ¿de manera infundada?, en lo contrario.
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Páginas de V. Gómez Pin en torno a la caverna, Los ojos del murciélago.
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