23 de agosto de 2011

Trascendental del blog

Un blog no puede, no tiene por qué funcionar igual que un Diario. Para las cuestiones reflexivas, quizá sí. Se pueden plantear microensayos, en el blog. (Entradas largas, no, que cansan y el de ahora es un lector transeúnte, siempre yendo a otra parte. Razón por la cual el libro de papel, difícilmente transportable en cantidad, lleva las de perder con el e-book.) Pero las materias más privadas, las cotidianas, la vida, los viajes, etc. no deben vaciarse de la experiencia y volcarse en la pantalla. Algo se pierde y no sé si llamarlo el alma. Da igual, es lo mismo, no importa. Lo que pasa y no se cuenta, ahora, presente palpitante, en el blog, lo que se queda anidando en el Diario, hasta mejor ver... pues eso, que ya será tema después, si procede y se encuentra el tono.

2 comentarios:

Susana dijo...

¿perdemos el alma?

Martín López dijo...

Es un decir. Lo asocio con algo que leí en otro blog, y que enlazaste, creo recordar.