En 1954 el matemático británico Alan Turing; un candidato junto a John von Neumann para el título de padre de la computadora, se suicidó después de haber sido condenado por la ofensa criminal de comportamiento homosexual en privado. Admitidamente; Turing no fue enterrado vivo bajo una pared empujada por un tanque. A él le fueron ofrecidas las opciones de dos años de cárcel (usted puede imaginar como los otros prisioneros lo hubiesen tratado a él) o un tratamiento de inyecciones de hormonas que puede ser dicho que equivalía a una castración química; y hubiesen provocado que a él le creciesen senos femeninos. Su decisión privada y final fue una manzana que él había inyectado con cianuro. (R, Dawkins; la traducción del texto, que pertenece a The God delusion, es algo arapahoe, pero se entiende).
Blogger me avisa de que las leyes europeas, Dios las bendiga, me obligan a que avise a mis improbables visitantes y/o lectores de que mi blog usa cookies, pero a mí su aviso, incompetencia mía, seguro, no se me pone en la cabecera
7 de agosto de 2011
El árbol de la muerte
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