Una sociedad cuya cultura no es ilustrada difícilmente puede “supervisar” eficazmente el orden político. Con actitud realista o melancolía democrática reconocemos que el orden político descansa de facto en minorías técnico-burocráticas y quizás lo que llamamos democracia no sea otra cosa que “una forma de seleccionar, vigilar, disciplinar y sustituir de forma razonablemente efectiva y pacífica a las élites que están al frente de las agencias gubernamentales”.
En el fragmento, tal como aparece en el post de La revolución naturalista, hay expresiones enlazadas. vale la pena ir a ellas. Para comprender que, a través del hipertexto, todos mienten, todos ocultan.
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Que no existe salvación:
Cualquier lector de Tucídides sabe hasta qué punto la política de Atenas estaba dominada por ciertos personajes, camarillas y partidos, y tan sujeta a ciertos condicionantes, inercias y leyes de la acción colectiva como la de nuestras modernas democracias de masas.
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Al hilo de todo esto:
La democracia en sus orígenes
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