5 de agosto de 2011

De la estirpe de Bartleby

Estoy demasiado cansado para escribir algo con sentido de la extraña historia. Un  par de vueltas a un lado y otro del río (han arrojado una bicicleta de niño en mitad del cauce), una terraza y gente joven la mayoría. Termino el relato: Bartleby, humanidad, Bartleby cifra de la humanidad, de la desesperanza y de lo que sucede demasiado tarde y ya nace malogrado. "Cartas muertas": es la sección administrativa de la que despiden a Bartleby antes de entrar a trabajar en el despacho del abogado. La regla y la acción, sí. El cómo conectan o, fundamentalmente, se desconectan sin poder precisar el porqué, he ahí uno de los asuntos posibles del relato. La inacción "preferida" de Bartleby, que corresponde línea por línea al tono y las maneras del ser deprimido. También. Sólo que nos parece que el quietismo del extraño personaje expresa lo que sucede en la conciencia cuando el agente abdica de la responsabilidad por sus acciones: dejar de solicitar el ser dueño de ellas es lo mismo que haber dejado de actuar.

No es esto, no esto... Al menos no debe escribirse así. No es esto y, sin embargo, el abogado no da el paso consecuente, desentendiéndose de Bartleby. Sí es esto: quien se admira, aturde, ofende, inquieta, etc., etc. por la pasividad de otro es de sí mismo de quien está preocupándose. Lo que no comprendo soy yo, soy como yo, es como yo, yo soy él.

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