6 de agosto de 2011

Autoficción

Lo que (se) escribe corrige lo que (se) es, implicando a una sujeto y mundo. Lo congela, a lo que (se) es, indiferente quien escribe al insufrible bochorno de agosto, a la fealdad ambiental y a tantas miserias que nos aquejan. No debe vivirse para contar que se vive, creo o me parece recordar que escribía Unamuno a propósito de los pobres de espíritu que escribían diarios. Llevaba razón. No toda. En la modesta proposición que un escribiente (Bartleby no escribe públicamente, pero quién dice que no para sí mismo) podría encontrarse un átomo de verdad, el conato de quien al contarse quiere contarlo.

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