J. A. Gómez Marín, hoy, en El mundo:
Pienso en la pareja lapidada, en la maldad implacable de sus verdugos, en la inopia mental que supone la vigencia de un código semejante y siento que estamos atrapados, como tal civilización, en un atolladero del que ni con armisticios ni sin ellos podremos escapar nunca.
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