20 de agosto de 2010

Ignorancia culpable

"Que no oyera los tambores de noche y de día, que el estruendo de las peleas de salón no llegara a mis oídos, que no viera los uniformes ni los rostros indescriptibles de aquella chusma que desfilaba con paso firme y tranquilo... para eso, lo sé, no puede haber perdón." (Jean Améry acerca de su propia actitud ante la llegada del nacionalsocialismo, Años de peregrinaje nada magistrales; citado por W. G. Sebald, Pútrida patria, Anagrama, 2005, p. 197)

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