22 de agosto de 2010

Demencia, confesión, VIII

“(Todos somos fugitivos. Huir es la ley. Sólo a Dios le es dado permanecer donde está. Crecer es huir hacia lo alto. Caminar es huir hacia delante. Dormir es huir de la conciencia (…) Todo querría huir, desplazarse, cruzar la propia frontera en busca de lo nunca visto, de la inmortalidad. Es la insatisfacción (…) Y todos nuestros reflejos huyen de la muerte.)” (J. Mª Gironella, op. cit., p. 125)

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