1 de mayo de 2010

Primero de mayo, III

En prácticamente cualquier faceta de la vida el orden representa la determinación fundamental. No propone otra cosa que la existencia indefinida de verdades, pasos o salidas. La locura debe de significar el cierre caótico de las razones; el orden, abierto, el orden bueno, se da a sí mismo el infinito. Aunque sea no más que como promesa de la voluntad.

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