Los hechos, las palabras...
Mi escepticismo (sic) puede que provenga de este absurdo de pensar que me juego el tipo en lo más mínimo, en cualquier piedrecita que me tropiezo por el camino. De modo que el bosque se me escapa. Y el tren. Aparte de la vida. Aunque, ¿quería escribir otra cosa? Otro aunque: ¿podría escribir algo sin esta pesadilla de vita nimia?
No hay comentarios:
Publicar un comentario