14 de diciembre de 2006

9 de marzo de 2006, por la tarde

De este hilo -la ilusión de nuestras actuaciones- se tejen nuestras vidas. Al tratarse de una vestidura que se desgasta, nos tenemos que entregar a la/s moda/s. Al final: un vértigo de novedades que, de reiterado, aburre; nada más viejo que la novedad, obligada a repetirse.

Así, llegamos al término de nuestras vidas habiendo adquirido el saber de que todo se consuma (o se consume) en ficción: la mayor complejidad de efectos o consecuencias, en el curso de nuestras actuaciones vitales, únicamente prueba la falsedad en la pretensión de emprender cualquier innovación en el mundo. Puesto que al necesitar un reflejo, de igual complejidad, en la conciencia del mundo, lo que determinamos como conocimiento, intuimos la resistencia inhumana que nos oponen nuestros límites.

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-¿Esto lo piensa Vd. solo?
-Naturalmente que no. Y su pregunta me demuestra que me ha entendido mal.

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No se debe corregir, sino pensar por qué se escribió eso.

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