28 de agosto de 2006

Lexis

Se pide desprender todas las informaciones de cualquier pretensión de autoridad, una firma que corresponde a un hombre, que corresponde a un crédito y una responsabilidad: se asimila la información a la opinión, el hecho a la emoción. En un océano de palabras sedicentes, responsabilidad es una más, y se pronuncia entrecomillada (denotación, connotación, mención). ¿Quién no quiere el riesgo de contrastar lo dicho? Yo, tú, todos. Se olvida que la máxima libertad será el mejor ambiente para cultivar la autoridad, pero ya no más sujeta a leyes: tendría la voluntad que estar presa de sus palabras y no de su huecos (lexis, lex, flatus vocis), algo que le resulta imposible a quien ha dejado de sentir la tarea de vivir como propia, inenajenable.
(Así que mejor estar alienado, estúpido y casi para que te encierren. Aunque la felicidad y los viajes de placer se aproximan bastante.)

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