Paseando hace unos días por el downtown de Memphis me he acordado de aquel viaje a Los Ángeles, y de esas imágenes que se ven de los grandes edificios públicos en ruinas y los barrios devastados de Detroit. Parece que una ciudad es un organismo formidable, pero resulta que puede desmoronarse con la misma facilidad con que la codicia humana mezclada a la tontería irresponsable puede arruinar un ecosistema que se mantuvo estable durante milenios. (Antonio Muñoz Molina, en El País)
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12 de julio de 2014
De la ciudad y sin embargo el fénix
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