En uno de sus artículos con tono apocalíptico —No vendamos nuestra auténtica humanidad—, Morozov ponía el ejemplo del estudiante holandés que llegó a vender sus datos mediante una subasta: pensamientos, visitas, documentos, correos electrónicos, mensajes, agenda… En fin, casi toda su vida, como una ironía de todo lo que llegamos a regalar, no siempre de manera consciente, de nosotros mismos. El lema final de la operación era tan agónico como el título de Morozov: "Facebook no es gratis. Lo pagas con tu identidad". (A propósito de Big Bang Data, Iván de la Nuez)...
Aparte, el texto de Santos Juliá sobre el fenómeno Podemos: las analogías de situación entre la España de 1914, cuando Ortega pronuncia su conferencia sobre política vieja y nueva en el Ateneo madrileño, y la España de 2014, la del mediático, y experto aunque joven, Pablo Iglesias. Al que se hará mal en tomar por pardillo. Me parece.
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