En tanto que amigos del saber somos capaces de alimentar una
curiosidad nada pequeña por muy diversas materias. Si bien nos dispersamos en
manías. Y el tiempo pasa. Lo que aquí escribimos, la cantidad de la letra,
manifiesta lo que hay o lo que no.
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Es interesante re-descubrir (abrir el libro) que el §26 de Más allá del bien y del mal de Nietzsche, cuyo inicio aparece citado en un post anterior, de hace unos días, continñua efectuando el elogio de la virtud filosófica del cinismo, como aquella actitud, creo entender, que no se indigna, y que por lo tanto es fuente de la más interesante mathesis, porque el ser humano tenga dos necesidades fisiológica y una anímica (sexualidad, hambre; vanidad). Esto es, que el cínico, genio o científico, se constituye en el verdadero maestro de saber del hombre superior; en regla a la que hay que descender, en tanto reconocida, para poder cumplir con el estadio del conocimiento...
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