6 de diciembre de 2012

De nuevo las palabras

Casi imposible conservar la serenidad frente a la grosería maleducada.

Algo de esto se contiene en el platonismo:
«(...) el maestro teme a sus discípulos y les adula; los alumnos menosprecian a sus maestros y del mismo modo a sus ayos; y, en general, los jóvenes se equiparan a los mayores y rivalizan con ellos de palabra y de obra, y los ancianos, condescendiendo con los jóvenes, se hinchen de buen humor y de jocosidad, imitando a los muchachos, para no parecerles agrios ni despóticos.» (Platón, República, 536a).
En el contexto de una crítica de la paideia democrática, pero vale para cualquier decadencia. ¿La encuentras demasiado lejos? ¿No tienes, acaso, espejo para pasear por la calle?

***

Pero esta anotación (esta impresión) no es de hoy, sino de ayer...

No hay comentarios: