24 de diciembre de 2012

One, two...

No me gusta absolutamente nada la imagen del premier (entiéndeme) con las tropas en un país extraño donde nada se nos ha perdido, aparte de los intereses espurios de unos y otros. Dicho por el premier, no por las tropas, que en efecto obedecen y entregan su vida sin preguntar. Pero ese no puede ser el ideal ejemplarizante propuesto a la población de este demacrado país. Admitiendo que nuestro gobierno sea el platonismo realizado (cosa que me concederéis, aunque haya matices), queda claro el rol de los gobernantes sabios y del cuerpo de guardianes (hacia el interior y el exterior), pero no se debe trasladar las virtudes de un cuerpo de la ciudad a otro. La mímesis del guardián en los modos del productor genera una imagen extraña, la de una muchedumbre de ciudadanos adocenados y sumisos que de ninguna manera puede ser la intención de este gobierno liberal.

Miro las entradas viejas de este blog y me sorprendo. Quien no me conozco podría pensar que detrás de lo escrito hay pensamiento. Os aseguro que no. Actividad impulsiva, si acaso.

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