Tras el día de la Constitución:
Encuentro un efecto inmediato en el logos (palabras, razón) presidencial. Es el antiejemplarismo de la situación que se dibuja (qué diré dibuja!, se esculpe) tras el error, la falsedad o la mentira. Dar a entender el derecho a no sufrir por parte de una minoría o que esa minoría también sufre es refregar por la cara del demos el privilegio injusto, la diferencia que fractura. A dónde vamos a parar!
Nada que ver:
De la necesidad, virtud.
De la fractura entre pobreza y felicidad, de la visión desde abajo de la pirámide, arranca la urgencia del logos utópico, y un anhelo de justicia contra el insulto cotidiano.
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