Pues cada uno a lo suyo...
Por la mañana, en el hermoso patio des Brugassières varios acuden a desayunar con su iPad. Hay una cobertura discreta pero suficiente de wifi. Los días están siendo claros y luminosos, días de mistral. Por suerte el patio tiene amplias zonas de sombra, porque de lo contrario el iPad sería inservible. El iPad no es para el verano. La vida al aire libre muestra graves limitaciones de la máquina. La primera, obviamente, la pantalla, que no sirve para leer, pero en la que también es dificultoso simplemente orientarse: buscar un lugar en el mapa, hacer una consulta en google, o utilizar el gps. Pero no es la única limitación: el último modelo de iPad, que tiene una pantalla de resolución imponente y que mejora considerablemente la experiencia de lectura en interiores, se calienta dramáticamente. Y ya no digamos si va conectado a la batería del coche. Por lo demás es evidente que el aparato sigue pesando demasiado.
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