En esta declaración de la política como tauromaquia, podría
pensarse que se contiene en cifra la falsedad de la vida pública e intelectual
española:
“Tener miedo es humano, y si usted me apura propio de hombres inteligentes. Pero es obligatorio dominarlo cuando hay deberes públicos que cumplir.”
Vamos a pensar, ad+, que el liberalismo programático no está
exento de cursilería. Ni mucho menos:
“… se agrava el peso de la fatiga cívica que prende en el ánimo de tantos”.Aquí .
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