Villa plutónica, desaparecida, infernal y feliz. Quien viajara hacia ti, en lo más alto, debía girar su vista al interior. Despojados de la apariencia de saber, los actuales residentes bajaron por una escarpada senda y tomaron asiento para mirar las imágenes, aquellas que restan tras la acción del olvido, después del paso del río y el influjo de las aguas. Al cabo del tiempo deben regresar fuera, y así siempre - ir, volver- hasta quedar depurados.
Ciudad perfecta, ciudad olvidada.
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