Lee con furia, apostrofando al autor, empujándole contra la pared. Subraya sin respeto, los marginalia lo invaden todo. Tacha, porque hay vocación de inquisidor en quien posee la ardiente verdad. Vive retirado, casi ciego y aún clama por el amor perdido (¿quién querría comprae el producto?). Hasta se atreve a escribir libros de poemas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario