Vivió –y probablemente habrá muerto animado por él- en ese extraño ascetismo espiritual, uno de los más arduos ascetismos, que consiste en creer en el derecho que los demás tienen de pensar como les plazca. Una cosa es morir por el dios o el país de uno y otra cosa es morir por proteger las opiniones de otros que uno no comparte... (Reproduzco de elcafedeocata)
Blogger me avisa de que las leyes europeas, Dios las bendiga, me obligan a que avise a mis improbables visitantes y/o lectores de que mi blog usa cookies, pero a mí su aviso, incompetencia mía, seguro, no se me pone en la cabecera
18 de septiembre de 2013
En efecto, esto es tan difícil...
Allan Bloom sobre Raymond Aron:
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