28 de septiembre de 2013

Escribo menos, y no pasa nada

Quizás sea tiempo de leer y pensar. Otoño en Almería. Abominemos de la ignorancia tan querida. Reflexionemos y escribamos en los márgenes de los folios y los libros. No temamos subrayar, los libros no sangran por eso. Metáforas médicas en Cajal, Baroja, Marañón... Mínimos. Ps. Ayer supe que murió una mujer que conocí cuando era joven. No sabía ni que estaba enferma. Era joven ella y era joven yo. Ahora no era vieja. Mala suerte a la espera de un trasplante. Descanse en paz, J. M.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Me encanta el subrayado y las notas al margen, pues así los libros los hago míos, se vuelven objetos vivos. Los humanizas. Y todavía es mejor cuando relees uno de tiempos pasados y compruebas como has cambiado y reescribes tus glosas. No tienes el arte del escritor pero si el de personificar el texto. Soy una adicta a ello.