Pues haré algo más gordo”, replicó. Efectivamente. Al día siguiente —corría el mes de noviembre de 2011— se plantó en una agencia bancaria situada al lado de su casa. “A mí no me gustan las armas, así que entré sin pistola ni nada y me fui hacia la ventanilla”, contaba esta semana, con una sonrisa ahogada en la boca, en la biblioteca de O Companheiro. A la empleada le entregó, en silencio, un papel en el que había escrito: “Estoy desesperado; voy armado. Denme 5.000 euros en billetes de 50”. La cajera le dio 3.000 euros y Da Mata, conforme con la rebaja, salió con el botín en el bolsillo y, a falta de un plan de fuga, tomó un taxi en la parada de enfrente. A los pocos minutos, según cuenta con cierta ironía, el taxista recibió una llamada a su móvil procedente de la policía —que al parecer conocía el perfil inofensivo del atracador— en la que se le urgía a que volviese inmediatamente al lugar del atraco. (En el diario El País)
Blogger me avisa de que las leyes europeas, Dios las bendiga, me obligan a que avise a mis improbables visitantes y/o lectores de que mi blog usa cookies, pero a mí su aviso, incompetencia mía, seguro, no se me pone en la cabecera
8 de septiembre de 2013
No tiene gracia, pero habrá quien piense que en ciertos lugares como el sur de Europa, incluso en Grecia que la vio nacer, la democracia liberal se ha convertido en una farsa
Este caso de apatridia (vid. Arendt, OdT) de quien era ciudadano... Cuando prefieres estar en prisión porque es la única manera de que la ley te proteja. Días del señor.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario