16 de diciembre de 2012

Los sentimientos de perdón de un cristiano

Pedro Abelardo no sintió satisfechas sus ansias de justicia  con los que le atacaron: a dos de ellos les hicieron lo mismo que ellos a él (les castraron), además de arrancarles los ojos. No le bastaba con la condena a Fulberto, canónigo tío de Eloísa, consistente en la confiscación de sus bienes.

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Que me quiten mi dinero el día que estoy legítimamente enfermo no va a ser una presunción de culpabilidad del funcionario. No. Sino una prudente disposición de este sabio y piadoso gobierno, que implanta sin decirlo el copago sanitario a los funcionarios. Que estás enfermo, funcionario, perro, , chivo... pues paga. El que no trabaja no cobra, el que no trabaja no vive. El trabajo hace libres. Así saldremos calladamente de este mundo.

1 comentario:

Manuel Marcos dijo...

Qué categórico esquema de poder, y además en pequeñas diócesis, o dosis, por mejor decir. Europa ya se curó en salud, de guerras mundiales, ahora toca morir sin pena ni gloria.