El patriotismo es el refugio de los canallas, y no se puede excluir, ni mucho menos, que haya llegado a serlo de los políticos socialdemócratas. Las guerras buenas de Afganistán y Libia... Por no ir a los señores del Yak-42. Si hay un patriotismo que nos sirva no es el de las ceremonias, sino el de la responsabilidad ante las leyes. Recuperar o inventar la política como culpa, es lo que tendríamos que hacer.
Las hemerotecas está para mirar las estupideces patrioteras de unos y de otros, de estados como de regiones. La película de Kubrick que titula este post sí que debería formar parte obligada de la educación cívica. Como muestra incomparable de lo que puede dar de sí un hijo de perra, y de que sorprendentemente también hay justos en el campo de la ley. Por lo menos en la militar.
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