Puntos de vista, justos medios, prudencia
Recuerdo bien aquellos países comunistas. Era algo distinto, de poca luz. De tristeza. Los edificios y sus fachadas estaban abandonados, era triste el vivir de la gente. Yo no entendía esos deseos que podía haber en España de imitar a esos países del Este, cuando a mitad de camino estaban Francia o Alemania, una maravilla, continúa. Lo que entonces no llamaba la atención, Moscú o Praga, hoy brilla. ¡No tenían vida! Si lo nuestro no era bueno, lo otro era peor, y lo lógico es coger lo de en medio, lo que funciona. ¡Eso no es difícil de ver, no es un rompecabezas! Uno iba al Este y no daba envidia. El fútbol era para ellos un paréntesis. Despertaba pasión.
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