18 de junio de 2012

Darwinismo y evangelio

Me va a a permitir que le copie, don Antonio. Sólo que donde pone filipino yo pondría la metrópolis.

De un manual de economía filipino: Resulta fácil imaginar lo que les espera a los pobres. Se ven obligados a comer alimentos inadecuados e insuficientes, llevar ropa harapienta y vivir en entornos insalubres. Y cuando enferman no pueden permitirse atención médica. De ahí que presten oídos a las prédicas subversivas de agitadores desquiciados que hacen extravagantes promesas de mejora social.

1 comentario:

Antonio López-Peláez dijo...

Hay pobrezas y pobrezas. Y la pobreza en Filipinas no tiene nada que ver con la pobreza en la metrópolis. Pero nada.