De los periódicos, en concreto de El mundo, sale este apólogo eclesiástico-político y ultraverídico:
...reeditan el díálogo del cardenal Mazarino y su ministro de Finanzas Colbert con Luis XIv. Cuando éste le dice a su primer ministro que no se puede estrujar más al contribuyente, el sucesor de Richelieu le insta a persistir. Mazarino admite que no caben más tributos sobre los pobres ni tampoco sobre los ricos, pues dejarian de consumir, «y un rico que no gasta condena a muerte a centenares de pobres, al contrario que el rico que gasta». «¿Qué hacemos?», le interpela Colbert. «Piensas como un queso de gruyére o como el orinal de un enfermo!», le corta tajante. «Entre los ricos y los pobres -le indica-, hay tipos que trabajan soñando llegar a ricos y temiendo quedarse pobres. Es a esos a los que se debe gravar. Cuanto más les robemos más trabajarán para compensarlo».
Totalmente aplicable a estas repúblicas laicas do malvivimos.
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