Será casualidad, pero en cuanto llevo un par de páginas del libro de Gironella
Los fantasmas de mi cerebro, que compré el otro día en la Librería Pr. de la célebre ciudad de G., me empiezo a sentir realmente mal. Sé que estoy realmente mal, pero lo peor es ese empezar repentino a sentirlo. ¿Sugestión?
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