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6 de enero de 2010
Tenía que pasar
El día en que un chaval de la Calle de las Tejeras (à mon village, A.) dio (nos) un serio disgusto en el campo del honor de J. L., redentor (según cree él). Pasó porque tenía, el balon cruzaba por allí y pedía entrar. No hubo nada, ni triste pensamiento, de mentalidad imperialista almeriense.
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