25 de enero de 2010

Absurdo

Los iconos nos angustian. Esta civilización nos angustia. Necesitamos un imposible: serenidad.

La conciencia de la desesperación, y del daño que ésta provoca en el pensamiento, en forma de retenciones y revueltas mil, te libera o distrae un rato. Ya pasará, te engañas.

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