18 de octubre de 2008

Disparatario

Cada español tiene en su desván, en la caja de juguetes olvidados, a un muñequito sombrío. Kafka lo llamaba. Como es tan dócil, basta con que el español sueñe, para que él salga de su sitio, venga y le nuble la razón.

El senador también ironizó sobre la petición de la partida de defunción de Franco: "Debe ser el único español que no se enteró de que Franco está muerto".

1 comentario:

Egoficción dijo...

Sí, le pagamos al casiministro Grazón para pedir el certificado de defunción de Franco.

Abrir heridas, volver a la carga, el no acabar de acabarnos de este minúsculo, pero muy minúsculo, país.