2 de octubre de 2008

Que siga, que siga

Aunque hoy no me haga gracia, uno se debe a su diario:

Imaginar que lo malo de la Epc valenciana, con traducción simultánea en inglés, no es que al principio sería gozosamente observada (la clase) por los alumnos, que asisten gratis a la representación de una payasada. Sino que al final la cosa se haría insoportable: cada día como el Día de la marmota de la célebre película, haciendo que la clase de ética en tip-y-collés se transforme en una modesta figuración del infierno: aburrimiento sin esperanza. Absurdo sin gracia y asunto de españoles.

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