-Ser decentes y saber ser felices con poco, se trataba de eso. Bastaba cantar rebetika, el folk de la gente común, y beberse un ouzo para ser los más felices del mundo. Sabíamos ser pobres y felices. Pero hicimos todo mal. Los griegos dejaron que dos familias nos gobernaran, se cometieron muchos errores, había dinero, se creó un sistema clientelar y eso es nuestra responsabilidad. Llegó el sueño del segundo piso... (El País)
Blogger me avisa de que las leyes europeas, Dios las bendiga, me obligan a que avise a mis improbables visitantes y/o lectores de que mi blog usa cookies, pero a mí su aviso, incompetencia mía, seguro, no se me pone en la cabecera
5 de febrero de 2015
Sostiene Markaris o su comisario de ficción:
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