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7 de octubre de 2013
Los delitos y las penas
Seguramente el pescador italiano que ayudó a los náufragos de Lampedusa cometió algún delito, puesto que la legislación italiana prohíbe ayudar a los ilegales. Intolerable! Que se haga justicia! Más cerca, las buenas gentes de Convergencia i Unió solicitan que se tipifique como delito el llamar nazis a los políticos demócratas. Como si Hitler no lo hubiera sido. Como si algunas de las medidas legales de la Europa actual, contra los inmigrantes o contra la propia población, no pudieran ser calificadas de tales, de nazis o paranazis cuando menos. Los apátridas de antaño encontraban su lugar legal en la Europa infame de los 30 (¿o ya en los 20?) cometiendo algún delito. Hábeas corpus. Paradójica proposición de la existencia del ciudadano: pues no viene el derecho a ser juzgado de la existencia previa de la condición ciudadana, sino que de alguna manera quien es apresado y juzgado (y no meramente expulsado, verbigracia) obtiene cuando menos una condición implícita de ciudadanía (protección, comida, respeto; proporcionalidad de acciones y recompensas). Habrá quien piense que la dignidad del ciudadano se obtiene contra la ley. Como el pescador italiano que llora recordando. Y al que no se le debe pasar por la cabeza que ha quebrantado la ley. Porque la Ley no la ha quebrantado. Ps. Habremos dejado de ser católicos, pero deberemos adorar a los políticos, y no blasfemar.
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