6 de agosto de 2010

Platonismo, II

Me armo de paciencia (esto es: la prudencia cristianizada) y atiendo a los argumentos del experto. Se trata de un cretino, sí, bien pagado de sí mismo, tonto que ni de encargo... pero con poder y eso, desde el Hipias lo sabemos, resulta peligrosísimo.

No hay comentarios: