18 de agosto de 2008

Consumo

Oh tú, el asceta, sí, tú también sacrificas al dios de los preciosos objetos del mercado, grises y sin alma.

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(La memoria que juega: a propósito de crímenes y números, totalitarismos y pasado. Sueño o ahora pienso que sueño: una claridad al respecto que me ha de permitir la frase redonda. Pero ahora no recuerdo nada.)

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Hay una soberbia estúpida: de quien no es ni está nada más que en el presente. Lo pienso al escuchar las preguntas chinas de uno de los enviados de rtve a Beijing.

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Sigo creyendo que no vale la pena citar a Pavese, los diarios de Pavese. Porque no vale la pena utilizar para consumo propio (también se trataría de consumir, de fungir) esa escritura de la ruina personal.

¿O no?

Se cae -se caería- en un tipo de falsificación que no sé si denominar/considerar como una (especie de) negación de la autenticidad.

Si es que realmente algún texto puede ser esta cosa tan tremebunda de la autenticidad...

Ps. De todas maneras, esto he encontrado sobre el Oficio de Pavese, y que todavía no he leído---

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Al fin y al cabo somos manipulados por la misma basura credencialista. Ahora con otras ropas no cúlticas: ahora científica, o socialdemócrata.

¿A estos dioses de ahora se les sacrifica menos?

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