25 de marzo de 2017

Hemerotecas

En el insomnio, la conciencia no se consuela por no haber participado directamente en los asesinatos y las traiciones. Porque no sólo mata el que asesta el golpe, sino los que han avivado su odio. Repitiendo irreflexivamente peligrosas fórmulas teóricas. Levantando en silencio la mano derecha. Escribiendo cobardemente una verdad a medias. Mea culpa... Y creo, cada vez más, que dieciocho años de infierno en la Tierra no bastan para una culpa como ésta. (E. Ginzburg, en una reseña del diario El País, 2005; subrayado mío.)

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