21 de abril de 2016

El desplome del espíritu después de aquello...

¿Cómo si no? Al menos si hemos de considerarnos graves...
Si, como llegó a decir más tarde un filósofo, la literatura se había vuelto imposible después de Auschwitz, era sólo porque cualquier forma de felicidad era imposible después de Auschwitz. Y si la poesía era imposible, ¿qué decir de las matemáticas? ¿A quién podría importarle Cantor o el problema del continuo cuando millones de seres humanos habían sido aniquilados? (J. Volpi, En busca de Klingsor, p. 159)
No vale la pena subrayar los términos del espíritu. 

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